martes, 22 de junio de 2010

Palestina (II)


Hani es ingeniero de sonido, pero atiende pacientemente a una pareja de novios que prepara su boda. Hani enseña con diligencia los accesorios, centros de mesa, decoración para comedores, mantelería, fundas para sillas, cortinaje de todo tipo. Mientras los niños del coro del conservatorio Edward Said de Ramallah ensayan “Luces errantes” en la calle, la pareja de novios se despide de Hani y nosotros tratamos de organizar la grabación.

El estudio Maestro de Ramallah es el centro de varios negocios: se graban canciones y se decoran bodas. Hay que diversificar el negocio. Y Hani nos ayuda con gran profesionalidad a organizar la grabación.

Es sábado es festivo para los judíos, y la llegada a Ramallah ha sido tranquila. Hemos atravesado de nuevo el muro en el vehiculo de la ONU y de nuevo hemos tenido suerte: hemos pasado tranquilamente ante la severa mirada de los militares que custodian el check point. No siempre es así. Ni siquiera Naciones Unidas se salva del control arbitrario en el cruce a Cisjordania.

Y, así, empieza una larga jornada de grabación que mantendrá a los niños y niñas del coro, bajo la atenta batuta de Oynstein, entonando una y otra vez las melodías que escribimos para ellos. Los niños aguantan con calma la jornada. Casi como adultos. Cuando al llegar las cámaras de unos informativos españoles les preguntan por el proyecto en el que están embarcados algunos responden con una madurez impropia. No somos terroristas, dice una niña mirando a la cámara. No será la última vez que escuche esta aclaración en boca de un palestino.

Pero a la hora de la comida vuelven a demostrar lo que son: niños. Y se persiguen unos a otros, bailan, preguntan, gritan. Y todos sonreímos agradecidos por la oportunidad de compartir ese momento con ellos.

Son los niños los que se llevan la peor parte del conflicto. De los 1314 muertos que hubo en Gaza durante la operación Plomo Fundido entre finales de diciembre de 2008 y enero de 2009, 416 eran niños. Más de la mitad de la población de Gaza son niños. Niños con graves lesiones físicas, con severos traumas psicológicos, desamparados sin posibilidad de asistir a las escuelas que quedaron destruidas durante la operación y cuya reconstrucción el bloqueo imposibilita. Según la ONU el 80% de la población no puede subsistir por sí misma y depende de la ayuda humanitaria, el 75% carece de servicio eléctrico, cerca de medio millón de personas tiene dificultades para acceder a agua potable, los hospitales no dan abasto.

Terminamos de comer y la muchachada disgregada vuelve poco a poco a entrar en el estudio. Reanudamos el trabajo. Sólo cuando quedan apenas cinco frases por grabar empezamos a vislumbrar en los niños el cansancio natural tras una jornada larga. Al otro lado del cristal contemplamos el esfuerzo de todos ellos y nos sentimos culpables. Pero ya queda poco. Cuando terminan de cantar la última frase y damos por concluida la sesión, el grito alborotado de todo el coro celebrando el final satura los micrófonos. Por fin hemos terminado y el trabajo valió la pena.

Nos despedimos emocionados de los niños. E infinitamente agradecido prometo enviarles algo de lo que grabamos en cuanto hayamos terminado la mezcla. Vemos marchar a nuestros pequeños héroes mientras uno piensa en aquella patria lejana que fue la infancia. Su sueño custodia nuestro futuro. Y qué futuro construimos, piensa uno, si cercenamos los sueños de los más pequeños.

Antes de volver a Jerusalem decidimos echar un vistazo al muro que construye Israel. Mientras el lado israelí del muro permanece pulcro, inmaculado, la parte palestina es un mural de grafittis y colores. Un muro, que según la Corte Internacional de Justicia es contraria al derecho internacional, que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró ilegal (con los únicos votos en contra de EEU, Israel, Micronesia e Islas Marshall) según la resolución del 21 de octubre de 2003 en la que instaba a Israel a detener su construcción y al desmantelamiento de los tramos construidos, un muro que restringe de forma dramática la movilidad de los palestinos, que los separa de sus lugares de trabajo, de sus centros educativos y sanitarios. Recorremos estremecidos parte del muro y vemos como su silueta serpentea en el horizonte hasta perderse. Y uno recuerda otros muros y se lamenta de la quebradiza memoria de los seres humanos.

Volvemos al check point y como el día anterior, regresando a Jerusalem, lo atravesamos andando. Metidos en un pasillo enjaulado esperamos pacientemente a que llegue nuestro turno para mostrar nuestro pasaporte y visado. Al otro lado buscamos un autobús que nos lleve de regreso al hotel mientras planeamos la siguiente jornada: mañana marcharemos a Hebrón.

* * *

El taxista que nos lleva camino de Hebrón nos habla de las penurias de sus compatriotas mientras observamos el paisaje y nos señala los asentamientos de colonos judíos en tierra palestina. La matrícula de su coche lo acredita para conducir por las carreteras israelíes, así que es un privilegiado. En general los gobiernos israelíes han promocionado y favorecido los asentamientos a través de incentivos de todo tipo, sobre todo a la hora de conceder créditos para la construcción de sus casas (que según su permanencia están exentos de devolver) y poco han hecho para impedir su proliferación,. El procedimiento de los colonos a la hora de ocupar es sistemático. Son varias las resoluciones de la ONU que han condenado dichos asentamientos (446, 298, 465…) pero siguen produciéndose. Los colonos se asientan con precarias casetas en lo alto de una colina. A pesar de la ilegalidad del asentamiento el gobierno israelí tiene la obligación de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, así que los siguientes en instalarse serán los militares. Con el tiempo el asentamiento dispondrá de un destacamento militar estable que necesitará de electricidad, agua, servicios en general del que también dispondrán los colonos. El asentamiento sustituirá poco a poco sus precarias casetas por casas más sólidas hasta convertirse en urbanizaciones.

Pronto llegamos a Hebrón, Tumba de los patriarcas, ciudad sagrada para la religión judía, musulmana y cristiana, lugar en el que, dicen, se hallan enterrados Abraham y su esposa Sara entre otros.

Nuestro Cicerone será J., un joven cooperante danés que conoce bien la realidad de la ciudad. Parte de ella está bajo autoridad palestina y otra parte bajo la autoridad de Israel. Desde lo alto de la ciudad podemos ver los sectores en los que se ha dividido Hebrón. A lo lejos, junto al cementerio, podemos observar la zona en la que se ha vetado la entrada a la población palestina, una ciudad fantasma, casi deshabitada en la que viven gran parte de los cerca de 600 colonos judíos que habitan el casco histórico.

El recorrido por sus calles es dramático. El hostigamiento a los ciudadanos palestinos que aún viven en el centro es constante. La calle comercial, por la que los palestinos pasean esa mañana luminosa de domingo haciendo sus compras, tiene varios tramos techados por una verja de hierro. Si uno mira hacia arriba, podrá encontrar sobre la alambrada que cubre el cielo cascotes, basura, botellas que son lanzadas por los habitantes judíos que viven en los edificios colindantes sobre los transeúntes palestinos. Mientas observamos conmovidos oímos a nuestras espaldas como unos soldados preparan sus armas tras el muro que cerca la parte reservada a los israelíes: es la hora de hacer la ronda por el centro de Hebrón. Unos muchachos uniformados salen armados de la zona reservada y recorren el centro histórico controlando que todo está bien.

Son varios los muchachos que se nos acercan curiosos. Tomamos un te en una de las pequeñas tiendas en las que algunas mujeres venden su artesanía. Nos relatan la historia de hijos, menores, que son retenidos de forma arbitraria, de su desprotección jurídica. De nuevo, el desamparo.

Cuando subimos a la azotea de una de las casas de un palestino que tiene por vecino a un colono judío en el piso adyacente un militar apostado en el tejado de al lado nos exige a gritos que abandonemos el lugar. El joven cooperante explica que no hacemos nada malo, que somos ciudadanos europeos de visita a Hebrón, y que tenemos derecho a estar ahí. No parecen convencerle los argumentos al militar armado que vigila nuestra presencia pero resignado vuelve a su puesto sin quitarnos el ojo de encima. Un muchacho nos señala los agujeros de bala en sus depósitos de agua vacíos. Desde lo alto podemos apreciar mejor la parte del casco histórico deshabitado. A lo lejos un grupo de niños judíos salidos de la escuela vuelven a casa. J. nos cuenta como a veces los niños judíos apedrean el paso de los niños palestinos que también marchan al colegio ante la mirada impasible de los militares judíos. Algunas ONG’s acuden como escudos humanos para escoltar a los jóvenes palestinos en su camino a la escuela.

Paseamos por la ciudad fantasma entre muros en los que los judíos han escrito su versión de la historia. Los judíos fueron masacrados por árabes en 1929, tiempo en el que convivían en la ciudad con los ciudadanos palestinos, siendo expulsados de sus casas en Hebrón. Y esa matanza justifica la actual ocupación. Tras la Guerra de 1967 los judíos retoman la ciudad perdida y pasa a formar parte del mito de la recuperación de la Tierra Prometida. Aunque esa parte de la ciudad parece sólo habitada por fantasmas no faltan los controles militares de rigor que de nuevo nos piden los pasaportes e interrogan a nuestros guías.

Tras la visita a Hebrón comemos con un amigo palestino y hablamos del futuro. No somos terroristas, nos dice mientas analizamos la situación política y lanzamos hipótesis sobre posibles soluciones al conflicto. Un futuro incierto y un tanto desasosegante.

Nos despedimos de Hebrón y partimos hacia Belén.

27 comentarios:

Caro (doyna) dijo...

Gracias por seguir compartiendo con nosotros este viaje.
Nos ayuda a ser "concientes del privilegio" de nuestras vidas y nunca olvidar a quienes pasan por momentos tan difíciles, sobre todo los niños.

jaime dijo...

Seguimos tu viaje. Gracias otra vez por ayudarme a mantener los ojos abiertos, por la rama de olivo.

Laura dijo...

Es un relato entre enternecedor y triste. Es una realidad, en cualquier caso, que no podemos -ni debemos- eludir. He visto el vídeo de Cuatro con los niños grabando contigo y transimten una alegría y un optimismo que no me gusta pensar que se pued econvertir en amargura no dentro de mucho.

Estos crío necesitan un futuro digno y una vida en libertad. Lo merecen.

Gracias por estos relatos.

Un saludo, Ismael.

mentxu dijo...

Gracias Ismael por los relatos de tu viaje a Israel, la verdad es que siempre acaban pagando los mismos, en este caso los niños....
Esperamos más noticias tuyas....
Besos y abrazos....

CARMEN dijo...

Gracias por compartir tu viaje, espero impaciente la tercera parte.
Besos.

Anónimo dijo...

"Tristes guerras,
tristes, tristes"

Fede.-

Sangre por tinta dijo...

Es impresionante...para mi desconocido.
Gracias por acercarnos a esos lugares...por compartir la historia, tus anécdotas. Todo eso que nos cuentas nos hace partícipes e implicados del mundo en el que vivimos y no ignorantes de la dura realidad.
Impresionada me encuentro, ante tantas vivencias...tanto por ser un profesional en tu campo, como por tu compromiso con la tierra y el ser humano.
Respecto a los niños/as, decir que por desgracia siempre son los perjudicados de las acciones de los adultos...deberíamos ser más humanos y tenerlos presentes...porque ellos serán nuestro futuro.
Gracias Ismael ;D
Mucha suerte...sigue deleitándonos con tus letras y no nos olvides.
Un cordial saludo.

Carlos dijo...

Si realmente existiese 1 dios, (cosa q dudo) se tiraria de loas pelos de la barba por lo q hacen en su casa...

Cristina dijo...

Hola pequeño,
vi el vídeo en las noticias, y creo que no se me olvidará en la vida la mirada de la niña que decía que ellos no eran terroristas.

(Estuve buscando a posteriori el vídeo para colgarlo, pero no lo encontré, hala, para cuando puedas-quieras, ya tienes deberes).

Israel es un estado que vive en el miedo, siempre he pensado que EEUU se llevaba la palma en ese sentido, pero día tras día ese "estado" (llamar así a Israel me da vergüenza... tal y como les debería dar a ellos) se va ganando el primer puesto.
Hace cosa de un par de meses echaron un reportaje sobre unas chicas israelíes (jovencitas, la mayor creo que tenía 25 años) que acababan de terminar el servicio militar en el ejército. Y acabaron muy seriamente tocadas. Psicológicamente deshechas, por lo que habían tenido que hacer, y por lo que habían visto.
Casi que me juego una mano y no la pierdo a que el chico que estaba en el tejado tendría más de diez años menos que nosotros.
Israel va transmitiendo, generación tras generación, el odio, el miedo y el deseo de venganza. Así jamás saldrán de esa espiral de odio y miedo. Y dará igual que la comunidad internacional le eche lo que hay que echarle y le pare los pies a Israel, si desde la cuna, por parte de ambos bandos, no comienzan a cambiar la forma de vivir y de enseñar a sus hijos.
Israel, un pueblo que vive en el miedo rodeado de una comunidad internacional que vive inmersa en la culpa. Una combinación explosiva.

Otro apunte sobre micronesia y las Islas Marshall: ahora mismo hay una campaña de recogida de firmas para evitar que se levante el veto a la caza de ballenas, y se rumorea que hay ofertas económicas para comprar los votos a favor de Islas Marshall y Micronesia. Curioso, y vergonzoso también.

Nada, semana que viene parte tres.

Un besitos

Paco Ramos dijo...

Qué experiencia tan bonita y tan intensa Ismael, de esas que tanto ayudan a crecer. un abrazo

* dijo...

¿Dónde está la vida?

¿Quién se la llevó de aquí?

Desolación vete, lejos de aquí.

Vuelve tú, ven ya... sí, espero, pues todavía sueño que la vida renace en algún lugar.

Pero no me abandones esperanza, no lo hagas tú.

Aguanta, lucha, la justicia tiene que estar al llegar.

Anónimo dijo...

Impresionante historia, ignorada por la mayoría de nosotros..

Por acá otra mirada a ese drama:
http://mateosorto.wordpress.com/2010/06/22/pueblo-elegido/

Medusilla dijo...

Imposible no llorar. Es algo imposible. lectura necesario para dar conocimiento de la realidad, pero dolorosa para el corazón. Un fuerte saludo

Unknown dijo...

Gracias, Ismael, por tu relato.
Sólo denunciando las injusticias hacemos algo para que acaben.
Un millón de gracias otra vez. Te sigo, siempre.

Maricel dijo...

Hola Ismael!!
Gracias por compartir lo vivido con cada uno de nosotros...recordandonos de vivir siempre a cada paso...

un beso grande! y fuerzas para continuar...

pennylanebcn dijo...

Te/os recomiendo un libro titulado "Un día tuvimos que huir", de Sybella Wilker (no sé si en librerías pero en la Biblioteca de Puerta de Toledo está disponible).
Son realtos y dibujos de niños de entre 10 y 17 años, niños refugiados, etíopes, sudaneses, somalíes, niños con nombres y apellidos que han vivido y sufrido más que cualquier persona en toda su larga vida, niños a los que se les ha robado la inocencia. Siempre, las guerras. Siempre.

Uno de ellos cuenta "Cuando llegamos a Mombasa, tuvimos que esperar para que nos dejaran entrar en el país. Fue terrible. Sé que nadie quiere a los refugiados, pero ¿es que no saben que no queremos ser refugiados?

Otro dice: " No me reguntes porque soy refugiado, no lo sé. Antes de vivir aquí, vivíamos con nuestros camellos, ahora vivimos en un campamentod e refugiados. Volveremos a casa pronto. Eso es todo, pregunte a los mayores el porqué."

Y lo más bonito de todo, es que, a pesar de sus tragedias, tienen sueños y creen en un futuro distinto y mejor. No se han rendido.
Tienen tanto que enseñarnos. Tanto.


Nunca olvídaré las frases de la película The road. Y los adultos, como el personaje de Vigo, cuando nos quedamos sin sueños, nos ayuda pensar en los que tienen los niños. Porque siempre está el fuego de dentro.

Un beso

Eduardo Capdevila dijo...

Realmente emocionante y disparador para la reflexión.Viendo estas cosas recuerdo la imagen a pocos días de la invasión a Irak -me resisto a llamar guerra a una cruzada por petróleo disfrazada de lucha por la libertad-, en la que dos soldados munidos con todo el instrumental para luchar en el desierto, cascos con miras infrarrojas, etc. sacan de madrugada a una familia y el niño a medio vestir queda entre las armas, con las piernitas temblorosas y mirando con sus ojos de cuencas desorbitadas por el estupor.
Gracias Ismael.
Un abrazo desde Argentina

MIGUEL ANGEL dijo...

Como en "La memoria de los Peces", el olvido está lleno de memoria....pero se van llevando la memoria y queda en la historia, una mancha, un borrón, mientras el resto sufre amnesia, un viejo recuerda..... pero la humanidad no recuerda suficientemente lo sucedido y se empecina en la permisividad de dejar que se repita, visionandolo como meros espectadores de un teatro fatídico, grotesco, en el que no queremos pasar de meros espectadores que no quieren participar, sino ver desde la seguridad que da la distancia..... Que bonitos "Retales de tu existencia", con los cuales nos haces partícipes a todos del sufrimiento humano, la humillación permitida bajo el yugo opresor de la infamia y la mentira, del engaño vestido de objetividad subjetiva, de falsedad disfrazada de diplomacia irreal, que hace de la raza humana la vergüenza de los que aún tenemos memoria histórica, pese a que algunos se empeñen en borrarla de un zarpazo, disfrazado de justicia....cuando la justicia en si misma, llega a ser la tan nombrada por tí "utopia" que no representa más que una palabra disfrazada en un diccionario de mentirosos y podridos desvergonzados.
Pero para no sintetizar, yo creo que ya estás tú que lo haces de maravilla. Un abrazo, felicidades por tu maravillosa y siempre nueva y fresca escritura, cargada de una ácida y certera verdad, y a ver si algún día nos mandas algún guiño a traves de estas líneas, que recogería muy agradecido. Te admiro muchísimo más de lo que podrías imaginar si me leyeses....

Unknown dijo...

estamos, estamos...

Saiyan dijo...

Fuerza Ismael, deben de ser días cansadores.

Inspira, exhala.. aire y tranquilidad.
Cierra los ojos y descansa.

Muchas Fuerzas!

Y nos vemos el 15 de agosto en el Gran Rex, ojalá te pueda dar un abrazo personalmente allí

Amorbrujo82.blogspot.com dijo...

HOLA ISMA, PERDÓN POR NO ESCRIBIRTE EN ESTE TIEMPO (COMO SI IMORTARA REALMENTE LO QUE HAGO) QUIERO HACERTE SABER QUE ADORO LO QUE HACES Y LA BUENA PERSONA QUE SE NOTA QUE ERES. ¿PODRÍA AYUDARTE DE ALGUNA FORMA? PLATA SINCERAMENTE NO ME SOBRA PERO MIS MANOS SIEMPRE ESTAN DISPUESTAS PARA HACER EL BIEN.
OTRA CONSULTA PODRÉ CONSEGUIR ENTRADA PARA LA PRIMERA FILA EN EL ORFEO? YA NO QUEDAN Y ME RESULTA EXTRAÑO TENGO PARA LA FILA 8.

BESOTES Y ABRAZOS MI IBERICO AMIGO

GABRIELA
CÓRDOBA, ARGENTINA 15:34 HS

Miss Parker dijo...

Usted Don Ismael, siempre se las arregla, por letras o por notas, o como en este posteo, para dejarme casi sin palabras qué decir...hay muchas imágenes dolorosas pero también mucha garra, mucho deseo de vivir el día a día como cualquier persona...Bien dice usted " que uno se lamenta de la quebradiza memoria de los seres humanos" que empieza a quebrarse desde el momento en que escuchamos por tv casi sin oír, los ataques diarios de Israel a las escuelas, a las personas en sus casas, en el andar de todos los días... Ojalá que en el resto de los países no nos contagiemos con ese falta de recuerdos por lo que debe ser primordial: el respeto a la vida simple y compleja, de todos los días.
Sé don Ismael, por la misma cajita de tv, que viene a mi país el 6 de Agosto. Viviendo aquí en la Isla de los Arcoiris como le dicen a mi tierra, no creo que tenga el gusto de verlo tan en persona jajajaja, pero se le escucha muy cerca en la tranquilidad de los campos y sin más nadie cantando en mi oreja más que su voz. Que tenga una hermosa estadía y no deje de contarnos lo que sus ojos ven, pues así parece que vemos también.

Mayi dijo...

Diría que detesto que escribas tanto, pero mentiría. Adoro que te extiendas incansablemente en un intento por llegar a cada zona cero.

Un abrazo desde, precisamente, la zona cero de Chile.

Mayi

Cristina dijo...

(Off topic: la entrada a la presentación del día 6 es libre o me voy a tener que colar con toda la jeta?.... por cierto, que voy ;)
Besitos

Matilde dijo...

cuando sera el dia, que puedas, matarme para luego resucitarme? , Lo se bien... SOLO CON TU VOZ! .. ahora, guiame.

una pequeña seguidora, tu fan numero 2. Servante y florentino me llamaron una fan enamorada; que te miera desde el asiento de atras oculto detras de tu oreja.

la flaquita dijo...

gracias!!!!!!!!

Valeria dijo...

Cuentan las malas lenguas que se han inventado guerras con el fin de vender armas, sin embargo me temo que conflictos como este de raíces tan profundas escapan a semejante rumor.
En cuanto a los niños quiero creer que en pugnas de esta índole termina sucediendo que la gente del lugar acaba acostumbrándose al orden de cosas que están obligados a soportar como bien lo relató Benedetti en su cuento "Rutinas" en el que un niño se despierta en medio de la noche sobresaltado por la detonación de una bomba y se tranquiliza cuando el padre le comunica la verdad sobre la procedencia del fuerte sonido ya que el susto del niño se debía a que había pensado que era un trueno. Sinceramente yo me aferro a eso para convencerme de que los niños poseen un escudo especial que los protege, manteniéndoles al margen, permitiéndoles crecer sanos a pesar de estar rodeados de odio y de vivir inmersos en el miedo. Y como bien dijo Perales: "Que canten los niños" quizá su voz no sea tan fuerte como para tapar el estruendo de un cañón pero nos siguen dando fuerzas para afrontar el futuro y razones para perseverar en la dura y frustrante tarea de forjar un mundo mejor.
Cuídese.