lunes, 8 de abril de 2013

Todo empieza y todo acaba en ti. Edición especial vespertina


“Si vivir es bueno, es mejor soñar, y mejor que todo, madre, despertar”

decía Antonio Machado en uno de sus Proverbios y cantares. Y quizá de ello hablan las canciones de “Todo empieza y todo acaba en ti”. La llamada a asumir el protagonismo que nos corresponde en estos días inciertos aparecía en las canciones de este disco, compendio de mis referencias, de todo lo aprendido.

A menudo he jugado a imaginar mis canciones en las voces de gente a la que admiro. Por una vez dejé de lado la timidez y le mandé algunas de mis composiciones a artistas que consideraba importantes en mi carrera, a músicos cuya sensibilidad, cuya voz siempre me había emocionado. Les propuse cantarlas conmigo y ellos, generosos, accedieron, cumpliendo para mi un sueño.

Quién me iba a decir que un día Joan Manuel Serrat o Silvio Rodríguez se animarían a cantar una de mis canciones, conmigo.

El caso es que poco a poco fueron surgiendo las colaboraciones, sin saber todavía que iba a hacer con este nuevo material. Todo comenzó como una aventura y no tenía planeado sacar un nuevo disco puesto que el ciclo de “Todo empieza y todo acaba en ti” no había terminado: aún seguimos embarcados en la gira de este LP y un disco sólo se termina cuando se cantan las canciones sobre el escenario.

Por otro lado, hacía tiempo que me apetecía grabar las versiones de algunas viejas canciones que venimos tocando en directo. Habíamos simplificado mucho algunos arreglos y creo que, en ocasiones, ganaban al original. Otros eran más luminosos. Otros un divertimento del que me apetecía dejar constancia. Nos pusimos manos a la obra.

Finalmente se nos ocurrió hacer una reedición de “Todo empieza y todo acaba en ti” que bautizamos como Edición especial vespertina. En ella incluimos todas las colaboraciones y algunas versiones de viejos temas, homenajes, alguna canción perdida. Creo que estas nuevas canciones están conectadas con las de “Todo empieza y todo acaba en ti”, en el espíritu, en el tiempo, en las formas. 

El resultado es un disco doble, que contiene las 13 de “Todo empieza y todo acaba en ti” y las 10 nuevas versiones, una edición vespertina porque quizá la caída de la tarde sea el mejor momento para escuchar estas canciones o quizá porque uno sintió que debía cantar estas canciones antes de que el ocaso nos robara la luz. Ojalá estas canciones iluminen la noche que le sigue a esta extraña tarde.

Todo empieza y todo acaba en ti, Edición especial vespertina verá la luz el 16 de abril.

En esta nueva reedición contará con estas nuevas canciones y colaboraciones:

“Canción para un Viejo amigo” (con Joan Manuel Serrat)
“Muchacha ojos de papel” (de Luis A. Spinetta)
“Te Odio” (con Lamari de Chambao)
“Pequeña criatura” (nueva producción en acústico)
“Despierta” (con Silvio Rodríguez)
“Podría ser” (nueva producción en acústico)
“Vuelvo” (con Pasión Vega)
“Ahora” (nueva producción en acústico)
“El espejismo” (con Nach)
“Un destello de felicidad” (tema de la película “El hombre que coria tras el viento, protagonizada por Ismael Serrano)


miércoles, 3 de abril de 2013

Llueve, llueve y llueve


Suena una saeta al compás de los limpiaparabrisas
y, desde su torre, la princesa, triste, muerde amapolas
y no habrá trenza que la salve del encierro.
“¡La Transición está muerta!, gritan iracundos barbudos
con gafas de pasta bajo la estatua de Neptuno,
“¡Viva la transición!” responden otros
y los leones adormilados en Las Cortes se desprenden
de la yedra que les creció durante la siesta.

Nunca fue tan invierno este abril que busca claveles
en los tiestos de las terrazas de un Madrid tricolor.
Llueve, con obstinación, con el temblor de los violines
de una filarmónica deViena con brazo en alto,
vestida de Hugo Boss, moda primavera verano, año cuarenta.
Merkel en bañador ríe con un viejo chiste:
un español, un inglés y un alemán van por la calle...
y hay quien se atraganta con la carcajada,
qué cosas tienes, Ángela, y en las piscinas de Ischia
no hay chiringuitos con bienmesabe y chill out.

Hace frío y nosotros sin rebeca de entretiempo.
Como un paraguas arrastrado por el temporal
viaja este llanto de casa amenazada, 
esta sonrisa rota como un cerrojo.

Te regalo mi mirada de siempre te quise
y vuelvo al poema,
sé entonces que entre el ida y vuelta
terco del limpiaparabrisas
cabe una vida, sólo porque tu sueño 
habita este dos por cuatro,
esta luz de una Europa vespertina
con síndrome de Estocolmo
-Zeus es un viejo toro cansado
y Creta una isla desolada-.

Digo que habitas este segundo
y digo que todo es posible:
despertar del mal sueño
que la lluvia se pare.