jueves, 28 de abril de 2011

Por fin te encontré

Falté a mi cita de los miércoles. Y no es que se escaparan las musas. De hecho poco a poco van surgiendo nuevas canciones que se enredan entre mis manos como la yedra trepando en la piedra. Disculpa esta ausencia pero decidí descansar entre canción y canción, entre concierto y concierto. Para compensarte te dejó la letra de la canción estrenada en el Teatro Price de Madrid.



Por fin te encontré


Por fin te encontré

como un candil brillando entre la nada.

Yo era Robinson

y descubrí tus huellas en la playa.

Tanto te esperé…

Yo, Adán expulsado del paraíso.

Tú, Eva maldiciendo la manzana.

Allá donde ella viaja está mi edén.

Por fin te encontré.


Te encontré por fin,

vagando por las dunas del pasado.

Y sacié mi sed,

bebí del breve hueco de tus manos.

Tanto te esperé…

La mirada de un niño tú me diste,

la luz de un verano que había olvidado,

el temblor que trae la primera vez.

Por fin te encontré.


Ven aquí no digas nada.

No hace falta, que la noche ya

aprendió de tus silencios

y a descifrar nuestros cuerpos.

Derrumbemos las cautelas.

Compañera, estoy perdido y ya,

para tener miedo, es tarde.

Bendito azar es encontrarte.



Yo no te busqué

y te encontré al abrirse una ventana

por un vendaval

que trajo perfume a tierra mojada.

Tanto te esperé…

Yo Adán expulsado del paraíso.

Tu Eva maldiciendo la manzana.

Allá donde ella viaja esta mi Edén.

Por fin te encontré.


Ahora has de saber

que me hundo en tu mirada inabarcable.

Que esta aurora trae

certezas para espantar soledades.

Tanto, tanto te esperé…


Y puede que el planeta se derrumbe,

que la lumbre del mundo algún día se apague,

que el tiempo arrugue el alma y nuestra piel,

pero yo por fin te encontré.


Ven aquí no digas nada.

No hace falta, que la noche ya

aprendió de tus silencios

y a descifrar nuestros cuerpos.

Derrumbemos las cautelas.

Compañera, estoy perdido y ya,

para tener miedo, es tarde.

Bendito azar es encontrarte.


Por fin te encontré

como un candil brillando entre la nada.

Yo era Robinson

y descubrí tus huellas en la playa.

martes, 19 de abril de 2011

Antes del miércoles

Conmovido por los últimos conciertos de la gira (bendito Madrid, mi hogar, gracias portodo, después de tantos años aún soñamos, ¡por fin la añorada Sevilla!, la luz inigualable de Cádiz...), expectante ante la definitiva despedida de "Acuérdate de vivir" de los teatros españoles en Málaga y preparando el resto de la gira por Latinoamérica (ver fechas en http://www.ismaelserrano.com/informacion/conciertos.htm )te escribo estos versos recordando el manifiesto de Stephàne Hessel (Indignaos) mientras te sueño.

Besos mil.

"A la calle que ya es hora

de pasearnos a cuerpo

y mostrar que, pues vivimos,

anunciamos algo nuevo"

Gabriel Celaya



Como las tortugas recién nacidas,

que confunden la luz del primer sol

con el resplandor de una ciudad insomne,

quedamos encallados en la arena,

lejos del mar y su refugio.

Te escribo esto antes del miércoles

de un abril huérfano de claveles,

hijo de la aurora y sus fracasos.



Como las ballenas que pierden el sónar,

extraviamos la yesca, el pedernal

primario de las cuevas

-aquel que hacía arder las pesadillas,

que pintaba de mañanas los insomnios-

la rebeldía oculta en cada puño,

las ganas de saber las mil razones

que llenan de dormidos las cunetas.

Y queda así la habitación,

vacía, resonante y casi a oscuras,

pintada de tristeza de mudanza.

Y como cuando regresamos

a la casa que habitamos siendo niños,

todo parece más pequeño:

el horizonte, la llama y el futuro.



Te digo esto en este martes,

antes del horario convenido,

porque a pesar de todo tu cansancio,

de este andar perdido en las arenas,

sé que quedan miércoles sin tregua,

aurora boreal en la cocina

cuando en cada café del desayuno

encuentres un motivo para amar.

Dudarás al salir de tu trabajo,

saldrás a la calle aunque haga frío,

y en mangas de camisa- maldito abril-

correrás a buscarla a la oficina

Al irrumpir entre timbres y el murmullo

monótono, llovizna de teclados,

quemado por la luz de su mirada,

dirás que aún estás vivo, que no es tarde,

que te arman de razones los cerezos

que estallan a tu paso en primavera.

Le pedirás consejo y compañía,

y rebosando vida e indignados

saldréis sin prisas a tapar la calle,

a mostrar, por fin, que pues vivimos

seguimos anunciando novedades.

miércoles, 6 de abril de 2011

Sinceramente tuyo

Todo empezó con De esta manera emplazábamos a la familia y a los amigos a participar de los conciertos que marcaban el cierre de gira de “Acuérdate de vivir”. Y así nos vamos despidiendo de los conciertos por España. Pronto cruzaremos el océano: Puerto Rico, Costa Rica, Argentina, Chile, Perú… Al echar la vista atrás y hacer repaso de lo andado una sonrisa queda congelada y la primavera estalla como un espejo que se rompe, y en cada pedazo se refleja una instantánea, nuestra figura detenida en el tiempo. Descubro en cada foto al muchacho que busca en su propia mirada el relámpago que cree haber perdido e intuyo un cierto brillo incandescente, que quizá no sea aquel rayo azul, pero que conserva un cierto aire a aurora boreal cruzando el cielo de abril. Fue este un año intenso. Madrid sigue peleando, empeñada en levantar la mirada, como el muchacho de la periferia que encara el frío matinal con orgullo, como el parado que espera en la cola de INEM sin rendirse, como un mascarón de proa, vestido de sal y con la mirada fija en el horizonte. Ha sido un año duro, huérfanos de liderazgo ideológico, hemos visto como la crisis nos desvestía en el peor invierno, como los gobiernos cedían a los chantajes del mercado, como el fascismo enseña sus dientes bebiendo nuestro miedo y haciendo humo la memoria. Aún así seguimos luchando. No claudicamos. Porque estar vivos consiste en eso. Aunque en algún momento creímos estar solos, abandonados cuando el viento helado se colaba por las rendijas de esa maldita ventana que nunca cierra bien cortándonos la cara y el ánimo. Con todo y con eso resistimos, algo perdidos, pero manteniendo a salvo la iracunda cólera que nos hace ser quienes somos, hombres y mujeres indignados que soñamos mundos mejores, que sabemos de la inevitabilidad de ese futuro en el que seremos más libres y todo será nuevo. Este fue un año difícil. Pero seguimos cantando porque en medio de tanta tempestad hubo quien sacudió el termómetro para cuidarnos la fiebre, quien nos puso la mano en la frente y sonriendo nos decía “ya estás mejor”, o “anda, vuelve a dormir” o “¿has visto los cerezos? Es primavera” o “Estoy aquí”. Tan sólo eso. Estoy aquí. A tu lado. Siempre. Sinceramente tuyo. Ismael Serrano